Un día allá por 2009, en uno de esos arranques de nostalgia gastronómica mexicana que me suelen dar, se me antojaron unos frijoles refritos. Busqué en Google receta frijoles refritos y a la cuarta o quinta referencia aparecía el siguiente video:
Como verán, la calidad de la imagen y el audio deja mucho que desear, pero sin embargo explica de forma muy sencilla y breve en poco mas de dos minutos cómo preparar el plato. Eché un ojo al contador de visitas y tenía ya algunas miles de visualizaciones a unos pocos meses de haber sido publicado, nada raro si consideramos que el vídeo está muy bien titulado y los frijoles refritos son una de las recetas mas populares de México y en aquel entonces no había demasiadas recetas de dicho plato en YouTube.
El caso me pareció un buen ejemplo para ilustrar que un contenido útil y fácil de encontrar puede ser muy efectivo sin necesidad de invertir sumas enormes en producción, por lo que lo suelo usar de cuando en cuando en clases y charlas, y cada vez que regreso al video, veo alguna evolución en el canal de La Receta De La Abuelita:
– Tres pizcas de imagen: La aparición de un logo, una imagen en el header y la progresiva mejoría en la calidad de los videos;
– Un toque de difusión: publicación constante de los contenidos en redes sociales
– Dos cuartos de papel: como un recetario en papel con versiones en inglés y español
– Dos litros de movilidad: con aplicaciones para iPhone y Android
– Todo esto sin dejar de prestar atención a la cocción de su canal de YouTube, que en 5 años suma 311 vídeos (una media de 1.6 vídeos por semana, aunque no lleva una regularidad a rajatabla), 22 playlists, 160, 129 suscriptores, que a la fecha suman mas de 50 millones de reproducciones (una media de 162,000 visualizaciones por vídeo, el de los frijoles refritos tiene mas de 240.000)
– Agregamos un canal de YouTube en inglés How To Cook Mexican Food, y tenemos por resultado números que compraría -y a muy buen precio- cualquier departamento de marketing hoy en día, aunque en este caso han sido producidos por una persona, seguramente muy bien asesorada y apoyada: Yessica Pérez.
Así que este ejemplo que inicialmente tenía sentido para motivar a PYMES a trabajar en sus contenidos, puede servir igualmente para hacer entender a grandes marcas que apostar por los contenidos no se trata de hacer un par de campañas narrativas por año, ni de buscar viralidad inmediata, sino que implica decisiones a largo plazo para generar contenidos consistentes y relevantes, y de esta forma obtener resultados sólidos e irrefutables.