No importa si uno tiene sed o no, el Pavilhâo Chinés es una parada obligatoria en Lisboa: En lo alto del Barrio Alto se esconde este bar, por llamarle de alguna forma a esta casa por lo que vale la pena hacer un recorrido por todos sus salones antes de decidir en dónde se quiere sentar, y entonces si tomarse algo.
Cada uno de los salones esta literalmente retacado de colecciones de todo tipo de objetos: cascos o gorros militares, abanicos, coches o aviones en miniatura, armas, mapas… por lo que más que un bar parece un museo antiguo y caótico o el escenario perfecto para una secuencia de Lynch o de Buñuel.
La especialidad de la barra son tés exóticos y cocletería clásica, con un cierto toque tiki, muy ad-hoc con la imagen del propio sitio. Ojo que lo que puede ser dulce, suele ser muy dulce.
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Pavilhâo Chinés, Rua Dom Pedro V, 89/91; 1250-093 Lisboa